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Pertenecientes al género Cimex, que pueden encontrarse en huecos, grietas y bajo camas o alfombras. Su ciclo de vida es paurometábolo, lo que implica que tanto juveniles (ninfas) y adultos, comparten alimento y espacio.

Quizá las más conocidas, son las llamadas "chinches de cama", pertenecientes al género Cimex, que pueden encontrarse en huecos, grietas y bajo camas o alfombras.

Machos, hembras y ninfas se alimentan de la sangre de su huésped y vuelven a su refugio.


Hacen sus nidos en pequeños espacios y huecos, normalmente cercanos a sitios de reposo de sus huéspedes.

Pueden encontrarse en huecos dejados por clavos, detrás de cuadros o espejos, en azulejos desprendidos, juntas de muebles, costuras de colchones.

Normalmente, las chinches no se quedan sobre el huésped, pero es posible encontrarlas en costuras del cinturón, de camisas y otras prendas.

Al no poder volar, las chinches de las camas deben arrastrarse o dejarse transportar pasivamente en la ropa, o más probablemente en el equipaje, mobiliario, libros y otros objetos que usan como refugio. Su capacidad para resistir varios meses sin alimentarse aumenta sus probabilidades de sobrevivir a estas formas de transporte, y prueba de ello es la amplísima distribución de estos insectos en todo el mundo.

Aunque las chinches pueden invadir cualquier hogar, es más probable que las infestaciones se produzcan solamente en edificios con niveles de higiene bajos. Por consiguiente, las chinches de las camas se relacionan generalmente con condiciones de pobreza, hacinamiento y falta de higiene.


Las chinches de las camas no se consideran transmisoras de enfermedades, pero su actividad chupadora de sangre puede provocar fuertes irritaciones en algunas personas, acompañadas de trastornos del sueño, letargia y apatía, sobre todo en niños. Algunos casos de déficit de hierro en niños se deben a un ataque masivo de chinches de las camas. La picadura causa muchas veces una inflamación dura, de color blanquecino, diferente a la de la pulga, que deja una mancha roja oscura rodeada de eritema. Cada persona reacciona de manera diferente a las picaduras, y algunas se inmunizan.


La temperatura y la disponibilidad de alimento tienen un efecto marcado en la producción de huevos, de forma que, en condiciones óptimas, la puesta es casi continua, a razón de aproximadamente 3 por día. Se ha calculado que cada hembra puede poner de 150 a 345 huevos a lo largo de su vida de adulta. Los adultos viven entre 9 y 18 meses, los huevos se incuban en 10 a 20 días y el ciclo completo dura de 9 a 18 semanas.


Para erradicar la infestación será necesario tratar a fondo los locales con insecticidas adecuados, incluidas las camas, otros muebles y los refugios en los tejidos de las habitaciones infestadas. Aplicar: Alfacipermetrina + Piriproxifen o Piretrina + Butóxido de piperonilo.

Orden: Hemiptera
Familias: Cimicidae 

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